Visita al casco de la Estancia Grande

Como viene sucediendo desde el año 2009, el sábado 17 de noviembre pudimos realizar una visita a los edificios históricos de la Agr Com 601 (casco de la Estancia Grande de la familia Bell) 


Con varias ausencias de último momento, un grupo de 13 vecinos realizamos la recorrida por los principales edificios prestando también atención a la importante y antigua arboleda del sitio y a las aves que aloja, convirtiendo el lugar en una verdadera reserva de avifauna.
Hacia el final de la recorrida, el segundo jefe de la Agrupación se acercó a saludarnos y expuso sobre la importancia histórica y ambiental del predio. 
Lamentando que muchos vecinos todavía no hayan podido conocer el lugar, hago votos para que estas visitas puedan realizarse con mayor frecuencia y ya empezamos a pensar en actividades para el año que viene, sobre el borde del centenario de City Bell. 
Agradezco públicamente al jefe y segundo jefe de Agrupación y al personal que colaboró con el desarrollo de la actividad.

Colegio Estrada: cambio en el paisaje de Cantilo

En pocos días más va a comenzar la demolición de la casa donde comenzó a funcionar, en 1956, el colegio Estrada... 

Frente del colegio en 1956

Esta demolición produce algo de nostalgia pero no tiene el gusto amargo de las modificaciones a las casas fundacionales. Es una construcción de la década del '50 o '60, sin valor arquitectónico (opino yo) pero que tiene una historia de 56 años que involucra a más de 2200 alumnos egresados y cientos de empleados (docentes y no docentes) que formaron y formamos parte de esa historia. La construcción de Cantilo ya no podía adaptarse a las importantes exigencias que impone el ministerio a los locales dedicados a la educación ni al proyecto de refuncionalización encarado por la Fundación Estrada a partir del año 2008 y que está dando como resultado un colegio nuevo y moderno, con la herencia de un pasado que no se ató a los ladrillos de sus paredes. 

Las obras que van a comenzar en los próximos días no solamente beneficiarán a los alumnos y docentes del colegio sino también a toda la comunidad. Este no es un detalle menor y le quita dramatismo a la demolición. 

Hace algunas semanas hablé telefónicamente con la señorita Inés Álvarez, maestra fundadora del colegio y mi maestra de 1º grado inferior en 1961. Le mencionaba los avances en el colegio (nuevos baños, capilla, nueva biblioteca, etc) y el importante aumento de tecnología incorporada al aula (recordemos que fue ella una de las principales impulsoras de la incorporación de las computadoras a la tarea docente allá por los '80). Mientas conversábamos, yo buscaba la manera de contarle que se habían demolido las aulas centrales del patio y las premoldeadas de la casa original (pensando que podía resultarle una no muy buena noticia), pero una vez más Inés me sorprendió con su sabiduría y claridad... No recuerdo con qué palabras lo dijo, pero el mensaje fue: "está muy bien... hay que adaptarse y crecer... esas aulas eran incomodísimas...". Una vez más la señorita Inés me estaba dando una lección de vida... 

Recordemos que en los primeros años de la escuela, las aulas funcionaron en las habitaciones de esta casa, luego se construyeron dos aulas premoldeadas en el patio y recién después se compraron los terrenos sobre Jorge Bell y se construyeron las primeras dos aulas "normales" en 1960.

Arenero en el patio de la casa.  Posteriormente alli se levantaron las aulas premoldeadas

Señorita Inés y sus alumnos en el patio interno de la casa
Garage, convertido en aula

Durante la reunión que se realizó conmemorando el 50º aniversario del colegio, el 14 de mayo de 2006, se le pidió a la señorita Inés que contara cómo había nacido el colegio... Estos son algunos fragmentos de su charla... (me permito completar partes de la charla expresadas con gestos e interpretar las que no se escuchan bien en la grabación)

La señorita Inés durante la charla

"¡Esperen que tengo que pensar...! Porque hablé tanto, que me sacaron todo lo que tenia para decirles... entre lo que me sacaron en el diario, entre lo que dijeron hoy, me voy a quedar con los chismes. (...) Como dijo Daniel (Martino) tengo muchos recuerdos...

City Bell, allá en el 56, 55, digamos... como dijo mi amigo Juan José Vendramin, había una sola calle asfaltada: Cantilo... de camino a camino (...)

Aquellas trece familias y los treinta y cinco chicos (...) confiaron en cinco chiquilinas... la más grande era yo y tenia veinticuatro... (pasan los años, eh).

El colegio Eucarístico había alquilado una casa (donde ahora vive) Mateo Heras y estuvo 3 o 4 años. Yo tenia relación personal con la comunidad, pero a ellos no les resultaba; los habían puesto porque los alumnos, que iban todos para La Plata, llegaban a las siete de la tarde... Cuando ellos se retiran, es una de las causas que hayamos venido.. Hay tantas causas!

Entonces yo ahora voy a agradecerle a esas primeras familias...
Por ejemplo, el doctor Tessari quería ver las instalaciones...!! No teníamos más que una reposera en la cocina... sillas, que nos habían prestado, un escritorio, dos sillones, una silla, una amiga personal (nos prestó) un biombo, que creo que todavía esta en los rincones de Jardín de Infantes... Era como que toda era de prestado.

Ahora voy a recordar lo que dijo el padre Rambeau: que Mimi Castro dijo que, ciertamente, la escuela la habíamos puesto gracias a Perón, y es cierto! (...)
Éramos un grupo de chicas, íbamos de quince a treinta años, era lo que en aquella época se llamaba Acción Católica Argentina pero era AJAC, significaba Asociación Jóvenes Acción Católica... Pero la cosa era muy seria, tan seria que teníamos 18, 19 años, y ya el Señor había preparado los caminos para llamarnos a trabajar en el Consejo. Aquel Consejo abarcaba las diócesis de La Plata, iba de San Nicolás, Miramar a todo el gran Bs. As, hasta Mercedes... Se imaginan lo que había que recorrer...
Eso es para decirles que no fue una gran epopeya para nosotras... porque ya teníamos el hábito de la conducción, éramos chicas pero sabíamos lo que queríamos, teníamos mucho estudio, yo daba consejos de información pero también de estudio, era muy sólida la formación que teníamos y bueno, sabíamos lo que queríamos

En el '55 quedan cesantes algunas cuantas... por eso el Padre Rambeau dijo que (fue) gracias a Perón... Realmente quedaron (cesantes) las profesoras de religión (...) Lo que importaba y era que nuestra primera preocupación, fue hacer una academia para vivir, para comer, para tener trabajo, en lugar de piqueteras... es decir, las piqueteras de aquella época.(...)
Ninguna era de City Bell, éramos diez o doce para poner una academia... ¿por que City Bell? Porque en La Plata había muchas maestras que preparaban, no era un lugar (apropiado). Mas la comunidad que nos entusiasmó, teníamos amigas, las jóvenes mismas del circulo, amigas como Naty Giorgeri, como otras personas que ya estaban viviendo acá, entonces nos resultó como natural City Bell... no teníamos ninguna idea de la proyección que iba a tener como es ahora: “in”, estar en City Bell.

Hay un periodo que ustedes no lo conocen, que es entre agosto a noviembre (de 1955) que buscamos una casa para poder poner la academia. Esa casa es la casita de Cantilo. Cuando la buscamos, buscábamos por inmobiliaria, pero también buscábamos por diario. Un día leemos: "Cantilo" Para nosotras, centro, en aquella época: "único". Además tenia teléfono! tener teléfono en aquella época era una cosa..! Realmente la mano de Dios estaba para que la encontráramos.

Fuimos a averiguar que pasó o que pasaba, qué teníamos que cumplir para poner una academia, y una señora en el Ministerio de Educación, muy atenta, muy amable nos dijo “miren, si van a poner una academia no necesitan nada, pero por que no ponen una escuela? Esta nada mas que la escuela 12, no hay nada". Y hubo que replantearse... Bueno, de las diez o quince que éramos, profesoras, algunas maestras, algunas de física, otras de química, otras de historia, ese verano sí tuvimos la academia, y luego si era fácil porque nos tomaban tres años examen, después nos incorporaban, y ahí hubo que decidirse a que teníamos que formar una sociedad de hecho.. Qué nos respaldaba, porque éramos laicas, queríamos hacer una escuela católica... nos respalda entonces ese entusiasmo y además las exclusiones que personalmente se fueron haciendo las distintas personas.

De todas ellas quedamos tres: Chelita Fernandez, Mimi Castro y yo, de Acción Católica. Nadie era maestra jardinera, por lo tanto ahí se incorpora Chichín Bonfilio y Susana Delia, que eran cristianas, por supuesto, pero no habían sido dirigentes de Acción Católica, no obstante... no importa.
Por eso empezamos con dos jardines (siempre empezamos al revés...) uno de mañana, otro de tarde, y 1º, 2º y 3º grado.

¿Por qué Estrada? ¿Les interesa? (pueden preguntar... todo por 2 pesos) ¿Por qué Estrada? Porque Estrada había sido el precursor de la Acción Católica, cosas del siglo XIX, un catedrático de aquella época, culto, profesor de Derecho Constitucional, que tenia la valentía de decirse cristiano en el aula, por eso lo expulsaron de la Universidad, y por eso yo creo que en todas las diócesis del país hay por lo menos una escuela que se llame Estrada.. no fue santo, no fue san Estrada, pero no todos los santos están en los altares y le ponemos el nombre santo.. el testimonio es la santidad en si misma.
Cuando alquilamos la casa, algo había que poner en la puerta, un papelito no íbamos a poner.. y pusimos una HORRIBLE placa color blanca con tinta color azul que decía “Academia José Manuel Estrada”. Un día un señor toca el timbre y dice “pues díganme ustedes, está don José Manuel?” No es cuento, es verdadero...!

Hoy (en la misa de Acción de Gracias) también me emocioné mucho porque a mis padres yo sabia que los iban a nombrar, y al matrimonio González, que nos dieron un crédito de 10 mil pesos... Con eso hicimos maravillas. A mis padres porque dieron el aval, al señor González porque era el gerente del Banco Crédito y nos dio el crédito. Y lo otro que me emocionó fue que lo nombraron a Alfredo Álvarez, que era el papá de mi sobrinos que están acá, que fue el que me llevaba, traía las mesas, las sillas, íbamos al carpintero...
Cuando al año siguiente compramos más mesas, era en 7 y 80, el carpintero nos dice, “ma, da el asilo, eh?” porque era un italiano que no entendía cómo unas chicas podían poner una escuela.. cómo van a poner una escuela? el creía que habíamos puesto un asilo. (...)

¿Vieron lo que es la casa? No entraban más que dos mesas y seis sillas u ocho a los costados; entonces, aunque no lo crean, nunca lloraron los chicos ni del Jardín ni del 1º grado... ni siquiera se daban cuenta de que venían a una escuela... era tan chiquitita!!
Entonces ahí tuvimos que poner una cortina para que nos se viera el fogón, que no era mesada con bajo mesada ni horno de metal... era un fogón. Había tenido cocina económica, entones ¿se dan cuenta de qué época estoy hablando?
Había un solo baño para alumnos y para maestros.
No queríamos hacer una escuela grande nosotros, entonces nunca intentamos, cuando termina el 7º grado, poner el secundario; hasta que los padres empezaron a decir: "hay que continuarlo", "los chicos tienen que cambiar de colegio", por eso después, en el '66 se pone el secundario"