Adiós a Rosita Lüken

Un día antes de la llegada de la primavera falleció Rosita Lüken de Ciciarelli, una querida vecina de City Bell que con su norte puesto en la familia, la naturaleza y la música (entre otras muchas pasiones), fue un ejemplo de actitud positiva frente a la vida, de entrega a los demás y un modelo a seguir por muchos de los que tuvimos la dicha de conocerla y compartir partes del camino con ella.  Rosita y su familia además tuvieron la generosidad de adoptar a muchas otras personas como parte de esa familia extendida y entre los beneficiados, sin duda, tengo el privilegio de estar incluido... 

Habiendo sido compañero de su hijo mayor, Enrique, durante toda la vida (compartimos primaria, secundaria, facultad y coros..), fui recibido siempre en su casa como uno más de la familia y eso, en este momento, siento la necesidad de compartirlo y agradecerlo públicamente. 

Le pedí a Rosita Torres (esposa de Enrique y ambos compañeros de “Sobremesa”) que me ayudara a hacer un recordatorio de su vida, y esto es lo que escribió. Lo comparto con ustedes como sentido homenaje... 

Rosita Lüken, viuda de Ciciarelli – 20/09/2018 


Algo pasó el 20 de septiembre pasado…una chispa de la antorcha de la historia de City Bell se apagó. 

Rosita nació en una casa del lado de las quintas, en Cantilo y Sarmiento, allá por 1930. Hija única de un inmigrante alemán y una correntina 

Su casa natal
Creció y se crió en el pueblo. Y lo caminó, lo transitó a pie, en triciclo cuando desde su casa aún podía ver pasar el tren; en bicicleta o en auto…. Conocía sus rincones, sus estampas y colores en todas sus estaciones; sus historias y su gente, aquella que hizo tanto por el crecimiento y desarrollo de esta localidad. 

Rosita abrazada por su madre y al lado de su padre
Aprendió de sus padres a cuidar de la tierra y sacar su provecho y belleza, cuidando más de cien frutales de su casa natal, pasó a ser guardiana de los robles y el ambiente natural de la cuadra de Pellegrini donde vivió el resto de su vida. 

Su escolaridad se inició en la Escuela Nº 12 cuando hacía apenas unos años que funcionaba en el edificio de calle 4. 

Rosita: la cuarta de la segunda fila
Tomó su primera comunión en lo que era entonces la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, que se estaba terminando de construir; allí también celebró su matrimonio y colaboró tantos años desde el coro de las misas del Padre Dardi y con la música de los casamientos que allí se realizaban cuando pasó a ser parroquia. Su pasión por la música la desplegó como concertista de piano Se podía escuchar - si pasabas por su casa - los sonidos que surgían del piano de cuarta cola cuando lo tocaba o fragmentos de música clásica que fluían de los parlantes de su combinado, o tal vez los ensayos parciales de los coreutas de Coral Encuentro, ya que por muchos años fue la mano derecha de su director, Luis Büchele. 

Revirtió su pequeño núcleo familiar primario cuando se casó con Isaías, un italiano inmigrante con quien potenció los valores de honradez, nobleza, amor al trabajo, a la naturaleza y a la familia, ya que a los cuatro hijos que tuvieron y educaron se sumaron sus nueras y yerno y con ellos, sus familias de pertenencia y amigos; con el paso del tiempo se rodearon de doce nietos a quienes brindó y transmitió su amor a las plantas, a la cultura , a las recetas caseras de dulces y arroz con leche y al disfrute de reunirse al aire libre y en familia... 

Isaías y Rosita
Egresada como maestra del Normal Nº 1, trabajó como docente de música especial en el Instituto Próvolo y en la Escuela de Internados del Hospital de Niños hasta jubilarse. En reuniones familiares y de amigos, siempre contaba innumerables anécdotas del pueblo, de cómo se habían transformado sus casas, calles y plazas, su cine, sus comercios, sus primeros vecinos y todo lo que habían hecho cada uno por favorecer y embellecer esta villa. 

El pueblo de City Bell despide a una gran persona y vecina, una parte de su historia viva, otro testigo del paso del tiempo en esta zona norte. Honrando su memoria queda su hermosa descendencia –tesoros de su vida -, el soplo de la brisa entre las casuarinas, la sombra de los ombúes y robles, el olor del césped fresco de los jardines, sus canteros de alegrías y tacos de reina, sus largos paseos de la mano de sus hijos y nietos en los otoños luminosos de montañas de hojas secas para zambullirse en ellas, en los grises inviernos salpicados de paraguas y botas de lluvias, en los diáfanos veranos de pileta y atardeceres de mate cocido frío, en las primaveras de corona de novia que, explotando de floración, anunciaba tardes más largas y tibias… 

Pellegrini: su calle y su mundo..
Y quedan también, enalteciendo su paso y sus huellas, las tantas historias desplegadas y compartidas a lo largo de sus 88 años de vida en su amado City Bell…… 

Rosita Torres. 



Una de sus pasiones fue la música... La recordamos cantando en el Coral Encuentro (es la segunda de la izquierda), dirigida por el recordado Luis Büchele y regalándonos el solo de este Negro Spirtual. Bravo Rosita!!!

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