Un Museo para City Bell: antecedentes

Estas son algunas experiencias previas de las que he participado y considero que pueden entenderse como antecedentes para la organización de una Muestra por el Centenario de City Bell: 
 
En el Museo de Ciencias Naturales de la Plata

A fines de los '70, un amigo me invitó a que me presentara en el Museo de Ciencias Naturales porque estaban buscando gente que modelara piezas para una sala de Botánica que se estaba creando (gracias a aportes hechos por Petroquímica)

Con algunos conocimientos muy elementales de cerámica concurrí al taller de nuestra artista plástica Nilda Fernández Uliana quien generosamente me brindó todo su apoyo y me instruyó en las técnicas de vaciado con moldes.

A lo largo del año se sucedieron las reuniones de trabajo en las que se fue dando forma al diseño de la sala y fueron surgiendo las necesidades de piezas modeladas.

Bajo las directivas de los profesores Jorge Frangi y Elsa Zardini (responsables de diseñar la sala y sus contenidos) y contando con el apoyo del museólogo Juan M. Ageitos y su equipo de colaboradores alcancé a realizar casi 100 piezas. En algunos casos copiando plantas reales y en otros basado en fotografías; en algunos casos modelando totalmente las piezas (a mano o mediante moldes) y en otros combinando los modelados con partes verdaderas (por ejemplo aprovechando las raíces, espinas, etc)

Además de los modelados se animaron a encomendarme la construcción de una de las piezas más vistosas de la muestra: la maqueta del proceso de producción de yerba mate.

Una vez terminada mi tarea empezó el trabajo fuerte de la gente del Museo para montar las piezas, señalizar, ambientar, etc, etc. Lamentablemente no pude concurrir a la inauguración (por cumplimiento con el Servicio Militar) y solamente tengo como testimonio de mi participación esta fotografía que me tomó otro amigo, durante la construcción de la maqueta y, por supuesto, me queda como mayor logro la satisfacción y orgullo de haber participado en esta empresa.



La sala contaba con 19 vitrinas organizadas en cuatro grupos: Diversidad, Plantas originarias de América, Mapa de regiones fitogeográficas y Las plantas como tema central para la vida. Actualmente las piezas están distribuídas en otras salas.







Algunas de las piezas expuestas


Muestra en el Centro de Computación "City Bell"

En la década de 1980 el colegio Estrada decidió incorporar a su currícula una nueva asignatura, una disciplina novedosa que aunque ya se utilizaba en ambientes universitarios y gubernamentales, recién estaba dando sus primeros pasos en los hogares: la computación... Y esta decisión no fue promovida por los más jóvenes ni por los más tecnolófilos, sino por una de las docentes fundadoras (y con más antigüedad en el colegio): mi maestra de 1° grado, la señorita Inés Álvarez.

Sus amigas del Instituto Terrero de La Plata colaboraron en la capacitación e implementación. Con un plantel inicial de unas 6 u 8 computadoras Texas TI99A, alquilaron el local donde ahora funciona el Banco Francés (mucho más sencillo en aquella época), nombraron a Gabriel Platzeck como director y así inició su actividad el Centro de Computación “City Bell”. El Centro podía ser utilizado por los alumnos del colegio, a contra-turno, y además se dictaban cursos abiertos a todo público.

¿Qué se enseñaba? En aquella época las computadoras “hablaban” un lenguaje llamado Basic (Bisabuelo del actual Visual Basic que todavía usamos algunos nostálgicos...). No había programas, no existían procesadores de texto, ni planillas, ni fotos y mucho menos música o videos... Todo consistía en escribir instrucciones para que la computadora las ejecutara y los resultados eran números resultantes de algún cálculo, textos y algún que otro gráfico.

Al tiempo se incorporó una Commodore 64 y luego una Commodore 128 y con disquetera!!!! Deben saber ustedes que estas máquinas no tenían disco rígido; todo lo escrito se perdía al apagarlas; para guardar algo se usaban datasets (grabadores de audio a cassette)
Allí empecé a trabajar en computación, dando un cursito de Assembler del microprocesador Z80...

Posteriormente el colegio alquiló el local de Cantilo y 5 (donde ahora funciona un “Todo por 2 pesos”), lo conectó con el patio y los alumnos empezaron a tener computación dentro del horario de clases.

En septiembre de 1988, el staff del instituto: Gabriel Platzeck, Daniel Minassian (de “Lila Computación”) y yo, nos propusimos mostrar al público “lo que se venía” y organizamos una “Feria de Computación”.

 

Una de los atractivos consistía en la exhibición de algunos aparatos eléctricos y electrónicos, mostrando su evolución a lo largo del tiempo (Sistemas de almacenamiento, calculadoras, teléfonos, radios, componentes electrónicos, etc).




Había también paneles mostrando la evolución de los sistemas de numeración en distintas épocas y lugares del mundo, líneas del tiempo con los principales hitos en la historia de la informática y un “microcine” en el entrepiso donde proyectábamos diapositivas (con locutor en vivo...) mostrando la tecnología de punta de aquel momento, a la que todavía no teníamos acceso...
Gabriel explicando uno de los paneles


Juanjo en la Commodore 128
En una de las computadoras se mostraba el funcionamiento del “Logo” (un lenguaje en el que se le dan órdenes a una tortuga que recorre la pantalla dejando un rastro dibujado...)


En las otras se presentaron algunas de las pocas aplicaciones disponibles en aquel entonces (Word 5.0, Swift Calc, Quatro, Art Studio, News, Print Master, etc), programas de aplicación desarrollados en Basic en el Centro y algunos de los alumnos más aventajados mostraban sus habilidades a los visitantes. Por ejemplo, había una maqueta y un programa desarrollado en una Texas que simulaba un sistema hogareño de alarma, una barrera infrarroja que generaba un saludo sintetizado cada vez que alguien pasaba por la puerta del local y una batería electrónica desarrollada en forma totalmente artesanal por Sebastián Costa..

Daniel mostrando la maqueta

A un poco más de 20 años de aquella feria, no termino de asombrarme por toda el agua que ha pasado “por debajo del puente”... desde el punto de vista tecnológico pero también desde el personal. Es una pequeña historia del pueblo a la que contribuímos con mucho entusiasmo y orgullo.
 


Primer intento de "Un Museo para City Bell"

En el año 2000, convocados por al arquitecto Osvaldo Fábrega, un pequeñísimo grupo de entusiastas colaboradores, comenzamos a impulsar la idea de crear un Museo para City Bell.

En base a un proyecto base armado por Osvaldo, fuimos aportando algunas ideas y voluntades con la intención de hacer una muestra en el Club Atlético en diciembre de ese mismo año, y aprovechar el acontecimiento para hacer el lanzamiento "oficial" del proyecto y convocar a la comunidad de City Bell a sumarse a la idea. Osvaldo hizo un completo trabajo de investigación y documentó prolijamente los distintos aspectos que deberían tenerse en cuenta para la cooncreción de la idea. Entre sus papeles de trabajo se incluían modelos de estatuto para una Fundación, apreciaciones sobre recursos económicos necesarios, etc.

Lamentablemente (a mi entender) el proyecto no tuvo un tiempo razonable de maduración y creció en muy poco tiempo, en forma vertiginosa y desmedida, sin los medios, apoyos y consensos necesarios para asegurar la continuidad de semejante empresa.

De todos modos la muestra se realizó (coincidiendo las fechas y horarios con otras actividades programadas por la Municipalidad, cuando ya estaba lanzada nuestra propuesta), pero sin la trascendencia e impacto esperados. Aquel lanzamiento fallido nos dejó un gusto amargo e hizo que se perdiera el entusiasmo inicial...

Pero con el correr de los años, el casi descontrolado crecimiento de City Bell paradójicamente ha servido para que descubramos (a veces un poco tarde...) que tenemos un rico pasado que no podemos ignorar y eso puede ser propicio para retomar aquella idea de crear un Museo. 

Un saldo positivo de aquella movida fue la aparición en la Web de City Bell VIVA (el primer sitio totalmente dedicado a City Bell en Internet).

Con estas palabras Osvaldo definía el sentido de ser del Museo de City Bell:

"La necesidad de contar con un ámbito contenedor de los hechos históricos que se sucedieron en la región, ricos en valores humanos y culturales, con el íntimo convencimiento de reflejarse en las futuras generaciones forjadoras del siglo XXI; hace que tengamos que construir la imagen de nuestro MUSEO. Pura y soberana. Capaz de albergar la cultura de los Citibelenses en sus más amplias expresiones. Un museo que trascienda la circunstancia de ser un pasivo preservador de objetos, transformándose en un foro comunicacional y a la vez, en un laboratorio integrado de la realidad histórica para mantener viva la llama del pueblo; iluminando el camino por recorrer que permita realzar la calidad de vida de sus habitantes."


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EL DIA - Suplemento NORTE - Jueves 21 de diciembre de 2000

Se lanzó el Museo de City Bell
El acto se realizó en el Club Atlético de City Bell y se anuncian las primeras actividades del museo para el mes de marzo

Durante un acto realizado en las instalaciones del Club Atlético, Cultural y de Fomento City Bell, sito en Cantilo y Jorge Bell, fue presentado oficialmente el proyecto del Museo de City Bell. Con una exposición de fotos antiguas y documentos de la época fundacional, y la presentación de dos fotografías satelitales gigantes en las que se puede observar la geografía de la localidad y sus alrededores, los integrantes del equipo de trabajo del museo en ciernes compartieron su proyecto con los vecinos presentes.

Osvaldo Fábrega, uno de los principales promotores de la idea, aseguró que "el concepto del museo sin paredes es muy afín a las características de City Bell y no es algo nuevo en el mundo, ya que desde hace quince años se implementa en distintos emprendimientos de este tipo".

Junto a Fábrega estuvieron Juan José Vendramin (responsable de la primera página dedicada a City Bell en Internet); Liliana Sánchez Pórfido (museóloga) y Nilda Fernández Uliana (artista plástica).

Cada uno de los integrantes del panel expositor se refirió al área de trabajo a través de la cual se han sumado a este proyecto. Además, Liliana Sánchez Pórfido invitó a los vecinos de City Bell a sumarse al museo desde el campo profesional o de interés más afín a cada uno. Para esto se distribuyó entre los presentes una planilla con las diferentes áreas en las que se podrá participar a partir de marzo, cuando el Museo comience con sus actividades específicas en City Bell.

En el mismo acto de lanzamiento de nuevo Museo de City Bell fue presentado el libro de Guillermo Defranco titulado "Crónicas citybellenses". En la oportunidad, la presentación estuvo a cargo de Jorge Boreán quien expresó su mirada sobre la obra a la que describió como "el primer libro escrito exclusivamente sobre City Bell". A continuación, Defranco se refirió a su obra y anunció la realización de un libro sobre la historia de la familia Bell en un trabajo a concretarse a través del flamante museo local.





Muestra homenaje a City Bell
(50º Aniversario Instituto J. M. Estrada)



El 14 de mayo de 2006 el Instituto Estrada cumplió sus primeros 50 años de vida. Durante todo ese año y hasta el 14 de mayo del año siguiente se desarrollaron varias actividades, de distinta índole, como expresiones de agradecimiento y alegría por los años cumplidos.

Como última actividad del mes de mayo de 2006 se realizó una Muestra en homenaje a nuestra localidad en el edificio de Diag. Jorge Bell. La misma consistió en una "Línea del Tiempo" sobre la que se reflejaron los principales acontecimientos de la historia de nuestro pueblo y la región, acompañada de imágenes, documentos y objetos representativos de cada momento histórico. Se exibieron huesos de la ballena encontrada en el año '93 en el barrio Savoia, antiguos equipos de telecomunicaciones provistos por la Agr Com 601, objetos personales de don Tobías Büchele (administrador de la S.A. City Bell y habitante de la 1ª casa construida), una maqueta de la Estancia Grande, planos antiguos, fotografías, presentaciones en computadoras, etc.
En un salón contiguo se presentó también un resumen de la historia del colegio a través de fotografías, documentos y presentaciones en computadoras y se expusieron algunos de los trabajos realizados por las familias del Jardín.


Vistas de la maqueta


Huesos de la ballena

Objetos de la familia Büchele

Equipos de comunicaciones

A la noche, dos queridos amigos del colegio: Guillermo Defranco y Eduardo González Arzac, ofrecieron interesantes charlas y favorecieron la participación del público al compartir historias y anécdotas sobre los orígenes de nuestro pueblo y un análisis sobre las modificaciones sufridas por el ambiente y nuestra responsabilidad al definir su futuro.

Guillermo y Eduardo


Proyecciones en la ventana del Instituto J. M. Estrada

Una aproximación "menor" a las formas de un museo, ha tenido lugar durante los últimos cuatro años en los fines de semana más próximos al 10 de mayo (aniversario del pueblo).
En una de las ventanas convertida en pantalla (ya inexistente) del colegio Estrada, durante las últimas horas de la tarde y noche, se proyectaron más de 350 fotografías antiguas de lugares y personajes de City Bell.

Vecinos frente a la pantalla del colegio Estrada

Conclusiones:

Las ideas de un museo, de una exposición o de una muestra no son utópicas... Con poca gente que tenga ganas de organizar (yo primero...) y mucha otra que tenga ganas de colaborar, prestando durante algún tiempo pertenencias, documentos o fotografías que puedan ayudar a comprender cómo era la vida en los primeros años del pueblo, vamos a estar rindiendo el mejor homenaje posible a aquellos pioneros, recordándolos con gratitud, y conociendo mejor nuestra historia como una condición indispensable para poder pensar y decidir nuestro futuro.

1 comentario:

  1. La idea de fundar un museo de City Bell, me parece muy buena. Yo hace casi 40 años que vivo aqui y lo considero mi lugar en el mundo. Me gustaría contribuir en lo posible con ese proyecto. Mi mail ricardoanavi@gmail,com

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